Sunday, May 29, 2011

HIDROAYSEN O LA ESTRATEGIA DE LA SERPIENTE CORAL.
Por Bruno Bivort Urrutia y Soledad Martínez Labrín.
La serpiente Coral, mortífera víbora de colores muy llamativos, también llamada serpiente de dos cabezas, es conocida por su estrategia para capturar sus presas ocultando su cabeza entre los anillos que forma con su cuerpo, alzando la cola enrollada y simulando una cabeza, con la que adopta posturas agresivas y la que agita en forma de amenaza. De esta forma, distrae la atención de sus oponentes. Sólo entonces y sorpresivamente, la cabeza verdadera surge a gran velocidad, mordiendo con precisión implacable.
Tal vez, mientras la mayoría de los y las chilenos y chilenas nos encontramos tras la trinchera del gran lema “LA PATAGONIA NO”, nos estén liquidando al mismo tiempo, mediante otras no tan llamativas pero igual de nefastas iniciativas, “cabezas verdaderas de certera mordida”. A modo de ejemplo:
El miércoles 19 de enero de 2011, mientras el país estaba de vacaciones estivales, el Senado aprobó la Reforma Educacional, que incluye el retiro de hasta 13 mil profesores/as. El Ministro Lavín (Hasta hace poco Socio y Rector de una Universidad privada), anuncia que este será el Año de la Educación Superior.
El 16 de febrero, fue aprobado por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región de Magallanes, el millonario proyecto de explotación de carbón perteneciente a una empresa del grupo Angelini (Donde trabaja la hija del actual biministro de Energía y Minería) y que considera la construcción de un puerto de embarque y la explotación de un yacimiento de ese mineral a tajo abierto. El área total intervenida será de 15 millones de metros cuadrados, amenazando gravemente a especies protegidas en una de las islas más grandes de Chile.
El 25 de febrero se aprobó el proyecto de la Termoeléctrica Castilla la cual contará con 6 generadores funcionando en base a petróleo y carbón, y que puede causar un gran daño al ecosistema de la zona.
En abril se anunció, por parte de la Secretaría General de la Presidencia, que se encontraban avanzados los estudios jurídicos que le permitirán al Gobierno desafectar un amplio espacio del Parque Nacional Lauca, hasta en un 15 por ciento de las 137.883 hectáreas de espacio protegido, el que será entregado en concesiones a compañías mineras para la explotación de cobre, oro y plata presentes en el subsuelo.
La semana recién pasada, se ratificó el convenio Internacional para la Protección de Obtenciones de Vegetales, UPOV 91, que en la práctica significa la privatización de las semillas (Cabe señalar que la semilla de quínoa, especie americana de emergente valor comercial, es propiedad de Erick Von Baer, padre de la vocera de Gobierno).
Están pendientes, por mencionar sólo dos iniciativas, la aprobación del Embalse Punilla, que inundará una gran parte del cajón del Río Ñuble en el sector de San Fabián de Alico y la construcción de una planta Geotérmica en las Termas de Chillán, que arrasará con 20 hectáreas de lengas centenarias.
Mientras tanto, la reconstrucción pos-terremoto sigue en un notable, pero bien cubierto, estado de estancamiento. Podemos constatar que no se han reconstruido varios de los establecimientos educacionales que fueron gravemente afectados y que, a un año y medio de la catástrofe, continúan abandonados. Está a punto de aprobarse una Ley que termina con el fuero maternal, y retrocede desde el Derecho Adquirido al Beneficio Otorgado, conseguido con años de lucha del movimiento sindical y de mujeres en Chile y el mundo. En medio de la indiferencia de los medios de comunicación, un grupo de mapuches cumplen 75 días en huelga de hambre, pidiendo la nulidad de un juicio realizado mediante una ley que ha sido declarada injusta y anacrónica por la gran mayoría de los organismos internacionales de derechos humanos.
Y la coral mueve su cola… hay ocasiones en que los distractores están programados. “Pan y circo”, como un Mundial de Fútbol o las Olimpiadas, fiestas de fin de año y vacaciones, o, a veces, el azar de que un grupo numeroso de mineros quede atrapado a 700 metros bajo tierra. Hay ocasiones en que la distracción viene dada por ficticios conflictos externos con países hermanos, que tienen nuestros mismos problemas; o simplemente, se crea una cortina de humo con el anuncio de leyes controversiales apoyadas por dudosos padrinos, que siempre quedan en nada.
Cualquier depredador inteligente, como nuestra serpiente coral, desearía contar con eventos que distraigan la atención de sus tácticas y fines de cacería. En el caso del Gobierno de Chile, de proyectos controversiales, ya sea por el daño ambiental que conllevan, como por los conflictos de intereses en que altos personeros, muchas veces “servidores públicos” que se encuentran involucrados. Adicionalmente, y como es tónica en nuestro país, la mayoría de estos proyectos benefician a un sector ya históricamente privilegiado y obscenamente reducido. Inclusive la OCDE concluyó que Chile es uno de los países con mayor inequidad y mayor concentración de la riqueza del mundo. En este contexto, parece una ironía que sigan aprobándose proyectos de esta naturaleza a espaldas de la ciudadanía y, supuestamente, en pos de su desarrollo.
Sin duda tenemos que hacer todo lo posible por salvar la Patagonia, pero no debemos dejar que pasen inadvertidos otros problemas, igual de importantes. Es posible que en algún momento el Gobierno, frente a la mayoritaria demanda ciudadana y al alto costo político, decida anunciar la suspensión del Proyecto Hidroaysén, y a esa altura ya habrán pasado, sin que siquiera nos hayamos dado cuenta, una aplanadora cuyos daños y enormes consecuencias sean ya irreversibles y desastrosas.
La única solución es no aislar los problemas y crear un Gran Frente Ciudadano que aglutine todas las legitimas demandas de defensa del medio ambiente, las personas y sus derechos inalienables, de nuestros recursos, lo poco que queda de nuestras políticas de bienestar y protección social, pero sobre todo, para impulsar un nuevo proyecto país que tome en cuenta verdaderamente los intereses ciudadanos y de nuestro medio ambiente.
De lo contrario, al igual que las incautas víctimas de la serpiente Coral, mientras estamos atendiendo a una falsa cabeza, sin que podamos siquiera notarlo, clavarán sus ponzoñosos colmillos en este preciado país que llamamos Chile.

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